El Centro para una Cuba Libre, con sede en Washington, lanzó una campaña para exigir la liberación de los presos políticos en condiciones críticas de salud que cumplen sus condenas en las cárceles de la isla.
La iniciativa, respaldada por videos testimoniales de familiares, denuncia las precarias condiciones sanitarias que están poniendo en riesgo la vida de un creciente número de prisioneros políticos.
Muchos de ellos han desarrollado enfermedades graves en prisión, así como otros con padecimientos preexistentes que se han agravado por la falta de atención médica, el hacinamiento y la mala alimentación.
Uno de los testimonios más impactantes es el de Esperanza Álvarez González, hermana del prisionero político Amalio Álvarez González, condenado a 15 años de cárcel por participar en las protestas del 11 de julio de 2021.
“Quiero explicarles que mi hermano ha intentado autoagredirse cuatro veces. La primera vez lo cogieron ahorcándose... Mi hermano toma Carbamazepina, la cual no la hay en la prisión, porque tiene trastornos mentales desde niño. Yo necesito que liberen a mi hermano para poderlo atender psicológicamente porque allá adentro se me va a matar”, explica.
Otro caso alarmante es el de Alexander Díaz Rodríguez, diagnosticado con cáncer de tiroides en prisión a finales de 2022. Su madre, Morayma Rodríguez Batista, denuncia que no ha sido operado ni ha recibido tratamiento adecuado.
“Alexander fue trasladado al campamento 25 ½ en el Cabo de San Antonio, en medio de un monte, hacienda carbón. Sus condiciones son pésimas, no tienen atención médica, no hay agua, no hay medicamentos, no tienen camas para dormir, duermen en hamacas. Alexander se encuentra en un estado crítico de salud. Exijo al gobierno cubano la libertad de mi hijo Alexander Díaz Rodríguez por las condiciones críticas de salud en las que se encuentra”, detalla.
El prisionero político y líder religioso Loreto Hernández García, quien sufrió un infarto en prisión en 2021, es otro de los casos críticos.
Su esposa, la ex prisionera política Donaida Pérez Paseiro, denunció el deterioro físico de su marido tras una reciente visita. “Está desfalleciendo cada día. Me dice que tiene hincadas en el pecho, que estos cambios de tiempo le están dando falta de aire, con la falta de aire viene el dolor en el pecho. No puede llevar la mano izquierda hacia arriba porque enseguida le da la punzada en el pecho, falta de aire, entumecimiento de las piernas. […] Tengo muchísimo miedo que le vaya a pasar algo en la prisión”, apuntó.
Holmis Rivas Carmenate, esposo de la prisionera política Taimir García Meriño, sentenciada a 5 años de prisión por las protestas del 11 de julio de 2021 en Las Tunas, también hizo un llamado de atención por la situación en la que se encuentra.
“Taimir fue diagnosticada por el servicio sanitario de la dictadura con una serie de enfermedades, de ellas algunas crónicas, con peligro inminente para su vida por las malas condiciones en las que ha permanecido durante estos cuatro años que lleva en prisión", dijo.
Otro caso urgente es el del prisionero político Virgilio Mantilla Arango, indica el comunicado de la organización.
Según la denuncia de la prisionera política, periodista independiente y miembro de la Alianza Democrática Oriental Yadisley Rodríguez Ramírez, quien se ocupa de ayudar a Virgilio, este "se encuentra en pésimas condiciones".
"Ha estado inválido, prácticamente sin poder caminar, por el tema de la hernia que tiene en la columna debido a las golpizas en el transcurso de los más de veinte años de lucha contra la dictadura", dijo.
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